Anton Semionovich Makarenko. Pedagogía y revolución
Bailarina. A. S. Makarenko |
Autoras/es: Stella Maris
Torre
(Fecha original del artículo: Noviembre 2005, revisado en Junio 2011)
(Fecha original del artículo: Noviembre 2005, revisado en Junio 2011)
Este
pedagogo nacido en Ucrania en 1888 es el más importante de la Unión Soviética y
(debiera ser) uno de los más señalados del mundo. Su formación en la escuela de
magisterio le hacía conocedor de las diversas teorías existentes en materia de
pedagogía pero éstas le sirvieron apenas cuando tras ejercer como director en
una pequeña escuela de Poltava se dedicó a educar a niños delincuentes y
huérfanos en la colonia Gorki.
Fue
esta experiencia la que le ha llevado a ser reconocido como un pionero en la
historia de la educación, un hombre que respondió a las circunstancias que le
rodeaban involucrándose en una acción pedagógica basada en el trabajo y la
práctica:
- Rechazó las teorías de los otros grandes (los que estaban en el “Olimpo”) al considerar que no reflejaban la realidad de la enseñanza en la práctica cotidiana. La colonia Gorki era un lugar en el que las teorías de Rousseau o las de los pedagogos de la Escuela Nueva no tenían cabida: los niños no eran seres amables y dulces, “buenos por naturaleza”. La colonia Gorki fue lugar de acogida de niños realmente problemáticos: huérfanos, delincuentes, con problemas graves de disciplina....
- Otro factor a tener en cuenta fue la escasez de medios. La colonia Gorki carecía de materiales y de posibilidades para adquirirlo (la URRS estaba sumida en una dura posguerra).
Así es
que nos encontramos ante una pedagogía que, si bien nace de las circunstancias,
no sólo se han quedado en la educación sino que es aplicada también en el
trabajo social.
La
influencia de las teorías marxistas
Makarenko fue
un gran implicado en la revolución rusa de 1917. Sus ideas socialistas son las
que más pesan en su teoría educativa.
Los
autores más representativos dentro de las teorías socialistas son Marx y Engels,
creadores del socialismo científico, el cual realiza aportes en lo referente a
la educación. Marx y Engels basan la educación socialista en el trabajo
productivo (creativo), que para ellos es lo que diferencia a las personas
del resto de los seres vivos. Aseguran que esta es la característica más
importante de la humanidad y que por
tanto es necesario hacer de ella un elemento educativo. Su propuesta es que todo
niño mayor de 9 años trabajara dos horas diariamente en una fábrica, lo cual contextualmente no es considerado
explotación infantil, ya que en el estado
comunista los niños y los jóvenes también son dueños de los medios de
producción.
La
razón de ser de este hecho reside en lograr que la nueva sociedad comunista valore de igual forma el trabajo manual y el
trabajo intelectual, sin hacer distinciones de salario o prestigio social,
ya que se trata de una sociedad sin jerarquías. Pretenden entonces que los niños
se formen a través de una educación polivalente, es decir, la educación
integral con trabajo productivo.
Los
aportes de Makarenko
La
pedagogía de Makarenko se basa en la práctica y en la experiencia, como ya hemos
dicho. Esto fue lo único que le ayudó a solucionar los problemas reales que se
vivían en la colonia Gorki. Debido a las características con las que los niños
llegaban a la colonia, Makarenko afirmó que el niño no es ni bueno ni malo por
naturaleza sino que es la educación la que decide este aspecto en última
instancia.
Para
solucionar los problemas que se vivían en la colonia, Makarenko basó su
pedagogía en dos puntos principales: la creación de la conciencia de grupo y el
trabajo productivo.
- Para crear la conciencia de grupo tuvo la idea de dividir a los niños en pequeños grupos estables de 4 o 5 niños entre los cuales había un responsable. Esto permitía que se creara un grupo consolidado que favorecía la reeducación de los niños.
- Pero la experiencia demostró que esta conciencia de grupo se remitía sólo a este pequeño grupo estable, así que Makarenko decidió crear grupos inestables de trabajo destinados a tareas extraordinarias (recogida de la cosecha, plantar...) formados por un integrante de cada grupo. La responsabilidad también variaba, ya que Makarenko consideraba que los niños debían aprender tanto a obedecer como a mandar.
Las
actividades llevadas a cabo en la colonia Gorki pretendían hacer que la comunidad se impusiera sobre la
individualidad, por lo que nos encontramos con actividades tales como
teatro, coros, bandas de música, etc. Además los niños eran educados en un
ambiente militar para acabar así con cualquier resquicio de individualidad en
ellos. Makarenko considera que para crear esta sensación de grupo cohesionado es
necesario que los niños cumplan unas órdenes y sigan una disciplina. Esta
autoridad se debía de ir perdiendo poco a poco, a medida que los niños se
(re)educaban, hasta que llegaban a formar parte de la asamblea.
Según
Máximo Gorki, Makarenko es un educador modelo. El escritor realiza esta
afirmación tras verlo actuar en la colonia. Lo califica como un maestro severo a
primera vista, de pocas palabras pero apropiadas, con “algo de militar y de
maestro rural”. Según Gorki, Makarenko era un hombre consagrado a la
colonia, conocía a todos los niños en profundidad y tenía muchas muestras de
cariño para todos. Cuando en la asamblea se discutía vivamente Makarenko apenas
intervenía y cuando lo hacía los niños le trataban como a un igual, aunque
sabiendo que él era mucho más sabio.
Por lo
que respecta al trabajo productivo,
Makarenko, al seguir las teorías socialistas, incluyó en su pedagogía el aprendizaje a través del
trabajo.
Los
niños eran instruidos de una manera integral: formación intelectual, física,
artística, sexual, política o moral y como no, manual.
El
trabajo productivo lograba varios objetivos en la colonia Gorki: por un lado
creaba una conciencia de grupo que reeducaba a los niños y por otra enseñaba a
los nuevos comunistas que no hay
diferencia entre el trabajo manual y el intelectual. Además gracias a esto
la colonia Gorki podía autoabastecerse e incluso lograr un
superávit.
Makarenko y el
carácter de su "Disciplina Conciente"
Si de por si es
inútil recortar cualquier realidad educativa de su determinante socio-política,
en el caso de Antón Makarenko, la propia conciencia de esta relación básica en
su construcción pedagógica hace manifiesta esta imposibilidad.
El sentido
cabal de su tarea pedagógica y las conclusiones de ella derivadas, sólo podemos
extraerlo del emerger de una nueva sociedad, sin excluir los distintos
vericuetos y desvíos por los que ese emerger debió transitar.
Makarenko fue
docente en una sociedad que inauguraba en la historia humana el camino de la
revolución socialista, y verá en ello la gran posibilidad de desarrollar una
obra educativa que, por fin, no se encontraría encorsetada por los efectos
destructivos que la opresión social provocaba sobre los alumnos.
La construcción
del socialismo será para Makarenko la fuente única de la que fluirá la
educación. En la fusión de la tarea revolucionaria con la tarea pedagógica
buscará una educación plena, desprovista de distorsiones producidas por
la dominación de clase. De lo que se trata para él es de poner en pie firmes
constructores del futuro socialista.
En la
incorporación a la tarea de la edificación de la sociedad soviética encontrarían
sus educandos de la Colonia Gorki, la mayoría de ellos seres asociales en el
antiguo régimen, la (re)construcción plena de sus personalidades.
Para
Makarenko:
"No bastaba corregir a una persona. Era preciso educarla de un modo nuevo, no sólo para hacer de ella un miembro inofensivo y seguro de la sociedad, sino para convertirla en un elemento activo de la nueva época" (Poema Pedagógico).
En el marco de
una sociedad de escasez, inapropiada para el desarrollo de las relaciones
sociales socialistas y la supervivencia frente a un mundo circundante, tan
hostil como superior económicamente, este supremo objetivo político-educativo
tendrá un creciente sentido productivo.
Las
personalidades socialistas activas deberán ser personalidades eminentemente
productivas.
En sus colonias
el trabajo era uno de los principales elementos socializadores y pedagógicos. El
trabajo creador constituía uno de los principales medios y fines de la
educación. Llegando más allá,
"Makarenko recomienda a los padres que acostumbren a sus hijos desde pequeños a realizar tareas que no les interesen y que les resulten poco agradables, con objeto de que se habitúen a buscar en el trabajo no el entretenimiento, sino su utilidad y necesidad social: Esta educación será eficaz cuando se llegue al punto que el niño ejecute tareas desagradables pacientemente sin quejas y paralelamente con su crecimiento adquiera una sensibilidad tal que el trabajo menos grato llegará a proporcionarle placer y se comprenda su utilidad social" (Makarenko: su Vida y Obra, Velázquez Acosta, María Dolores).
Íntimamente
asociado a la misión de alcanzar este fin productivo central de su pedagogía, se
encuentra su lectura del concepto leninista de "Disciplina
Conciente".
Makarenko
rechaza la disciplina en abstracto, para él la disciplina debe estar ligada a un
objetivo a alcanzar que el disciplinado considera necesario.
Como señalamos,
entonces las necesidades soviéticas dictaban fines productivos, y en una
sociedad dirigida hacia el socialismo estas necesidades no pueden ser más que
sociales (políticas). Por lo tanto, el educando tomará conciencia de la
necesidad de la disciplina cuando sea conciente políticamente. Disciplina
Conciente y adhesión al socialismo serán inseparables.
El resultado de
esta disciplina es el hábito del "trabajo creativo", hábito que será antinómico
del hábito del artesano. La disciplina se predica sobre un colectivo. Se trata
de un colectivo organizado, con una adecuada división del trabajo. Sólo de la
organización colectiva, dirigida a metas, ligadas a su vez a fines sociales,
pueden desprenderse los criterios disciplinarios, inseparables entonces de las
"responsabilidades". De este modo la mente individual no se quedaba sólo con la
satisfacción de cumplir con su deber individual en un marco colectivo; como si
ocurre con los ámbitos disciplinados en abstracto, donde la obediencia es fin en
si misma; sino que sólo encontrará su realización personal en la obtención de la
meta por parte del colectivo; y, gracias a la conciencia política, en el aporte
a la edificación social.
Pero como
señalamos, no podemos evaluar la pedagogía de Makarenko, ni ninguna otra, en la
mera relación de sus propios términos, es imprescindible observar su vinculación
vital con las estructuras socio políticas que la anidan. Y estas serán, a fines
de los años 20 y comienzo de los 30, profundamente sacudidas.
El progresivo
ascenso de una capa burocrática hacia el dominio social soviético culminará en
la instauración de un régimen político acorde, el stalinismo. La "Dictadura del
Proletariado" cederá paso a una ferozmente represiva dictadura
burocrática.
Esta
transformación del marco social determinante convertirá a muchos elementos de la
obra pedagógica de Makarenko en objeto de agudas críticas.
El más
controvertido de esos elementos será la mencionada "Disciplina Conciente", que
llegará a ser concebida como generadora de hábitos funcionales al
stalinismo.
El régimen
burocrático de la URSS tampoco colocaba su énfasis regimentador en la disciplina
en abstracto, el simple hábito de la obediencia. El disciplinamiento social se
presentaba como medio para obtener metas favorables a toda la sociedad.
Mas allá de
falsedades, allí tenemos como ampulosos testigos las referencias vastamente
difundidas sobre las metas productivas alcanzadas en cada etapa de los planes
quinquenales. El disciplinamiento social se mostraba como el camino para
alcanzar metas colectivas contantes y sonantes.
La Disciplina
Conciente de Makarenko era sí concordante con las necesidades del régimen
stalinista, pero lo era en cuanto al doble carácter que presentaba la sociedad
de la que el stalinismo era emergente: una estructura tendiente a la
socialización de los medios de producción sobre la que se había erigido una
burocracia subsidiaria de esta estructura, a la vez que poseedora de intereses
contrapuestos a esa tendencia.
El stalinismo,
manifestación política de dicha burocracia, reflejaba en si mismo esta
contradicción. Sólo en tal carácter podía otorgar a este disciplinamiento un
carácter positivo, la estructura sobre la que se había erigido demandaba su
desarrollo productivo.
La Disciplina
Conciente construía el socialismo a la vez, y en un mismo acto, que alimentaba
la dictadura burocrática.
No se trata
entonces de definir en si a este aspecto de la pedagogía de Makarenko como
funcionalmente stalinista sino de ubicarla en el contexto socio histórico que le
otorga tal carácter. La usurpación que el stalinismo hará del proceso
revolucionario, la identificación que generará entre las banderas socialistas y
su régimen represivo, será la usurpación del contenido de la "conciencia" de esa
disciplina.
Esto no implica
absolverlo de críticas tales como las dirigidas a los tonos militares que tomaba
su práctica educativa, en las que no faltaban los rituales generadores de
hábitos mecánicos; tampoco de las acusaciones de ser instigador de la delación
(educar en la capacidad para reconocer "enemigos del pueblo"). Pero si bien
Makarenko no es inocente de la conversión de su obra en funcional al stalinismo;
si bien desde su origen su pedagogía contenía elementos proclives a servir a un
régimen de esta naturaleza; sin duda no es en ella misma donde debemos buscar su
cambio de carácter, sino en los cambios socio-políticos que la enmarcan y dan su
sentido.
Pero así como
la nueva estructura social contenía un carácter dual, este se verá reflejado en
la obra de Makarenko. En el marco de la realidad actual, sería de enorme
utilidad reflotar sus rasgos antiopresivos. Cuando la construcción social de
individuos librados a su suerte es la obra pedagógica acorde al momento por el
que atraviesa el sistema capitalista, la pedagogía de Makarenko nos ofrece, en
la teoría y en la práctica, la superación de este individuo cuyos casi único
lazos con la sociedad son la opresión y la sumisión. La constitución de este
"yo" rabiosamente individual es en su obra superado por la puesta en pie de
poderosos "Nosotros", en la pertenencia a los cuales el individuo encuentra su
forma más plena.
Remitimos
finalmente a una edición on line de su famoso Poema Pedagógico,
donde se manifiestan los elementos más ricos y los más objetables de su obra. En
la identificación de ambos podríamos intentar una recuperación adecuada del gran
pedagogo socialista.
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